Cada año, desde la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, se promueven una serie de residencias estivales de creación artística en diferentes enclaves del territorio Nacional. De este modo, se brinda la oportunidad a los estudiantes de segundo y tercer ciclo de disfrutar de una experiencia creativa única, dentro de entornos y contextos sociales muy distintos a los que habitualmente experimentan en el ámbito de una formación reglada.

 

El objetivo principal de estas estancias es ofrecer a los estudiantes la posibilidad de desarrollar y profundizar en los contenidos adquiridos durante el curso, a la par que canalizar todo su potencial creativo y plástico, dentro de un entorno de trabajo; en el que se pretende propiciar las condiciones óptimas que estimulen la acción creativa desde distintas realidades y  ámbitos como son el rural, el   industrial o el patrimonio cultural e inmaterial de la zona.

 

Por otro lado, los becarios tienen la posibilidad de entablar un dialogo profundo e intenso, tanto con sus compañeros de viaje como con los cómplices creativos que aparecen de manera fortuita, y sin avisar, al aterrizar en el nuevo enclave. Cosas en las que  hasta ahora no habríamos reparado, debido a la vorágine de la gran urbe, de repente se convierten en esclarecedoras. La luz y color del paisaje, la experiencia de un hombre o una mujer curtidos en años o simplemente un error o accidente fruto del trabajo en contacto directo con la naturaleza, pueden ser el punto de partida de una nueva línea de trabajo.

 

Junto a todo ello, la experiencia humana adquirida  y el intercambio activo con el entorno convierten a estos pequeños laboratorios creativos en un fértil caldo de cultivo, dejando una profunda e imborrable  huella en todos los que forman parte de ellos.